¿Qué vas a ver aquí?
Los monitores de gaming mejoran la experiencia de juego del usuario. Pero, ¿hasta qué punto ayudan a marcar la diferencia, a batir a tus adversarios y a sentir más adrenalina? Te damos las principales claves sobre el impacto que tiene el monitor en la calidad de tu experiencia gamer.
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El monitor: ¿Tanto influye en la experiencia gamer?
Es un tema de debate en el mundo del gaming. Y no hay una sola respuesta correcta.
Cuando te equipas con un PC para jugar, es probable que el monitor no sea en lo primero que piensas. Casi seguro que dedicas más tiempo a estudiar la tarjeta gráfica, el procesador y el disco duro (¡SSD, por supuesto!)
Pero, ¿y el monitor? Bueno, pues que sea grande y que tenga una buena resolución. ¿Ya está? ¿Solo le pides eso?
Para algunos gamers, tamaño y resolución son las dos únicas cosas a valorar cuando meditan la compra de un monitor para gaming. Sin embargo, si quieres montar una ambiciosa estación de gaming, también serán cruciales estas otras tres características: tiempo de respuesta, input lag y frecuencia de refresco (refresh rate).
¿Qué esperas conseguir con el monitor gaming?
A todo esto, todavía no hemos dado respuesta a la pregunta. ¿Tanto influye la elección del monitor en la experiencia gamer? Para simplificar las cosas, daremos dos respuestas, cada una de las cuales es válida según cómo vivas el gaming y qué expectativas tengas.
Cuanto más le pidas al gaming como experiencia o como modo de vida, más valor tienes que dar a todas las características que adornan a los monitores: tamaño, resolución, tiempo de respuesta, input lag, frecuencia de refresco, vividez de los colores, brillo, etc
Sí, el monitor influye mucho
- Eres un jugador ocasional
- Te diviertes con juegos sin elementos de velocidad, para los que tiempo de respuesta, input lag y frecuencia de refresco no son importantes
No influye mucho, no, influye muchísimo
- Eres un fanático del gaming
- Juegas a first-person shooters: videojuegos de disparos en primera persona. Son juegos hiperrealistas que vives desde una perspectiva de primera persona, desde tu punto de vista. En estos juegos, unos pocos milisegundos pueden marcar la diferencia entre ganar y perder.
- Te gustan los juegos muy acelerados. Un ejemplo de estos videojuegos podría ser Overwatch, que a su vez es un first-person shooter. Se trata de juegos frenéticos, muy competitivos, en los que tu rendimiento y tu vida (virtual) son extremadamente vulnerables si reaccionas tres o cuatro milisegundos más tarde de lo que podrías si tuvieses un monitor más potente.
- Te has convertido en un profesional del gaming
Monitores gaming para darlo todo: qué deben tener
La ventaja competitiva para darlo todo cuando juegas la logras optimizando estos tres elementos: tiempo de respuesta, input lag y frecuencia o tasa de refresco.
Tiempo de respuesta
El tiempo de respuesta es el tiempo que tardan los píxeles en un monitor en cambiar de un color a otro (se mide el tiempo en ir de negro a blanco, y de blanco, a negro.). Se expresa en milisegundos.
Si eres un crack del gaming, ya estarás utilizando un tiempo de respuesta bajo
Frecuencia de refresco
La frecuencia de refresco se refiere a cuántas veces el panel puede dibujar nuevas imágenes en un segundo. Esta rapidez a la hora de renovar la imagen de la pantalla se cuantifica en hercios (Hz).
¿Eres un fanático del gaming? Seguramente ya estás sacando partido a una frecuencia de refresco elevada
Input lag
El input lag es el tiempo que dista entre que le das a una tecla o mueves el ratón, y ves el efecto de tu acción en la pantalla.
En caso de ser un jugador increíblemente competitivo, aficionado a juegos de ejecución veloz, seguro que ya te estás beneficiando de un input lag bajo
¿Juegas solo por placer?
Si solo juegas por placer, y lo haces con juegos que sobresalen por la calidad gráfica, pero no tanto por la rapidez, es probable que pongas el foco en todo lo que tenga que ver con el rendimiento visual del monitor.
Si buscas por encima de todo una imagen impactante, realista y de colores brillantes, elegirás una pantalla grande y con alta resolución. Y también invertirás en una buena tarjeta gráfica con mucha video RAM (VRAM) o memoria de vídeo, que permita el mejor desarrollo de las altas resoluciones.