Érase una vez, una tortuga, la tortuga Cleopatra, que fue alimentada con alimentos altos en proteínas, siendo las tortugas animales herbívoros. Esta inadecuada alimentación le provocó problemas óseos que hicieron que su caparazón no se desarrollase fuerte, resistente y uniforme.
Lo que más le gustaba a Cleopatra era estar con otras tortugas y jugar con ellas, pero esto no hacía más que empeorar su caparazón, ya que le provocan heridas e infecciones. La vida de Cleopatra estaba en peligro.
Para salvar a Cleopatra, en un centro de rescate de animales de Colorado, junto con un diseñador de la universidad técnica, se les ocurrió la genial idea de hacerle un caparazón que protegiese al suyo de bacterias. Para este nuevo caparazón se utilizó un plástico derivado del maíz y una impresora 3D, tras muchas pruebas y muchas horas de estudio para que caparazón se adaptase a Cleopatra, consiguieron crear un caparazón perfecto, su caparazón rojo.
Le ajustaron el caparazón sobre el suyo mediante un velcro y empezaron a alimentarlo con una dieta adecuada a su especie, consiguiendo que su caparazón empezara a sanar. De este modo Cleopatra podría jugar con sus amigas las tortugas por muchos años.
FIN
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