¿Qué vas a ver aquí?
¿Conseguimos más productividad en el trabajo con un monitor de alta tasa de refresco? En este post analizamos el valor que aporta un monitor de estas características para un uso profesional y laboral del ordenador.
Alta tasa de refresco: del monitor gaming al monitor para trabajar
Los monitores con una alta tasa de refresco encontraron su primer público masivo en los gamers, que aprecian la capacidad del monitor para ser tan veloz como lo pueda ser el juego. En los últimos tiempos, fabricantes como Apple y Samsung han empezado a incorporar pantallas con altas tasas de refresco en sus tabletas y smartphones. Más recientemente, en parte con el impulso del teletrabajo, hay más profesionales y trabajadores que se preguntan si es una buena idea invertir en un monitor con más capacidad de refresco. ¿Se gana productividad?
¿Qué es una alta tasa de refresco del monitor?
La tasa de refresco del monitor es el número de veces que la pantalla se actualiza por segundo. La unidad de medida es el hercio (Hz). Una buena parte de las pantallas existentes trabajan con una tasa de refresco de 60 Hz, cosa que significa que el máximo número de frames por segundo (FPS) que puedes ver en ellas es 60.
Un monitor con una alta tasa de refresco ofrece al usuario más de 144 Hz
Tasas de refresco de hasta 360 Hz para mejorar tiempos de respuesta
Los gamers más competitivos van más allá del estándar de los 144 Hz del mundo del gaming y optan por 240 Hz y 360 Hz. Se trata de tasas de refresco ideales para los juegos shooter. Para estos usos, la fidelidad gráfica y la resolución no son tan importantes como lo son la latencia y los tiempos de respuesta. Por tanto, en este supuesto, si el presupuesto es limitado, tiene más sentido elegir un monitor 1080p con una tasa de refresco de 240 Hz en vez de un monitor 4K con una tasa de refresco de 60 Hz.
Cuando el monitor es para la oficina, los tiempos de respuesta pueden ser importantes, al mejorar la experiencia de trabajo. Pero es probable que también sea relevante la calidad de la imagen (resolución y otros aspectos), sobre todo para aquellas tareas más relacionadas con la edición y manipulación de imágenes y videos.
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El monitor con alta tasa de refresco responde mejor al trabajar
La gran ventaja de comprar un monitor con alta tasa de refresco —podemos contar tanto los de 144 Hz como los que están por encima de este umbral— es el menor tiempo de respuesta. La experiencia de uso será mejor. Lo vas a notar si haces un uso activo del ordenador. Es decir, si mueves mucho el cursor y si no paras de desplazar ventanas, arrastrar elementos, lanzar aplicaciones y hacer muchas otras cosas. La fluidez y la velocidad de trabajo son dos características muy importantes para cualquier uso profesional de un ordenador.
Lo más seguro es que, si volvieses de los 240 Hz a los más convencionales 60 Hz, ¡notarías que todo va más lento!
Un monitor con una alta tasa de refresco no es estrictamente necesario, pero puede mejorar tu productividad en el trabajo, sobre todo si pasas muchas horas frente al ordenador