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Cuando hablamos de edición de fotografía y vídeo, tener el monitor adecuado es fundamental para asegurar que el trabajo final sea de alta calidad. No todos los monitores son iguales, y elegir el correcto puede marcar una gran diferencia en el resultado de tus proyectos. En este post analizaremos los criterios clave que debes considerar al seleccionar un monitor para tareas de edición audiovisual.
Precisión y cobertura del color para los profesionales del vídeo y la imagen
Uno de los aspectos más importantes al elegir un monitor para la edición de fotografía y vídeo es la precisión del color. Para asegurarte de que los colores que ves en la pantalla son los mismos que se imprimirán o se verán en otros dispositivos, necesitas un monitor con excelente precisión y una amplia cobertura de los espacios de color.
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Los monitores que cubren un gran porcentaje de los espacios de color sRGB, AdobeRGB y DCI-P3 son ideales. El espacio sRGB es el estándar más común y es suficiente para la mayoría de las tareas. Sin embargo, para trabajos profesionales de fotografía y vídeo, donde los colores más vibrantes y precisos son de altísima importancia, busca monitores que también cubran AdobeRGB y DCI-P3. Además, cerciórate de que el monitor tenga un delta E bajo (preferiblemente menor a 2), lo que indica una alta precisión en la representación del color.
El delta E es una medida que indica cuánta diferencia hay entre un color que ves en la pantalla y el color real que debería mostrarse. Cuanto menor es el delta E, más precisa es la representación del color. En la práctica, un delta E inferior a 2 significa que la diferencia es casi imperceptible para el ojo humano, lo que garantiza una alta precisión en los colores que ves en tu pantalla.
Tecnología del panel de pantalla
La tecnología del panel del monitor influye de forma directa en la calidad de la imagen y la precisión del color. Entre los tipos de paneles más comunes, los paneles IPS (In-Plane Switching) son muy recomendados para trabajos de edición por su excelente precisión en la reproducción de colores y sus ángulos de visión amplios.
Es recomendable evitar los paneles TN (Twisted Nematic) y VA (Vertical Alignment) para la edición de imágenes y vídeos, ya que suelen tener problemas con la precisión del color y los ángulos de visión. Aunque los paneles OLED también ofrecen una excelente calidad de imagen con negros profundos y colores vibrantes, todavía son menos comunes en monitores y pueden ser bastante más caros.
Tamaño y resolución del monitor para la edición de vídeo y fotografía
El tamaño y la resolución del monitor también juegan un papel destacado en la edición de fotografía y vídeo. Un monitor más grande permite ver los detalles con mayor claridad y trabajar en proyectos más grandes sin necesidad de hacer zoom a cada momento. Un tamaño de 27 pulgadas suele ser el equilibrio perfecto entre el espacio en el escritorio y la distancia de visualización. No obstante, si dispones de espacio suficiente y prefieres un área de trabajo aún más amplia, los monitores de 32 pulgadas o más también son magníficas opciones.
En cuanto a la resolución, una pantalla 4K (3840 x 2160 píxeles) es ideal para la edición de fotos y vídeos, ya que ofrece una nitidez increíble y te permite ver más detalles de tus imágenes. Sin embargo, una resolución de 1440p (2560 x 1440 píxeles) también es una opción válida y, en muchos casos, suficiente para la mayoría de los trabajos, sobre todo si el presupuesto es limitado.
Conectividad y compatibilidad
Es básico que el monitor que elijas sea compatible con tu ordenador. Asegúrate de que el monitor tenga los puertos adecuados para conectarse a tu equipo informático, utilices un sobremesa o un portátil. La conectividad USB tipo C con modo Alt DP (DisplayPort) y suministro de energía es sobre todo útil para usuarios de portátiles, ya que permite transmitir video, datos y energía a través de un solo cable, reduciendo el desorden en el escritorio.
Además, asegúrate de que el monitor cuente con entradas HDMI y DisplayPort, las cuales son estándar para la mayoría de los ordenadores sobremsa. Asimismo, comprueba que soporte las versiones más recientes para aprovechar al máximo las capacidades del hardware.
¿Van bien para edición de vídeo y fotografía los monitores curvos o los panorámicos?
Los monitores curvos y panorámicos pueden ofrecer ventajas específicas según el tipo de trabajo que hagas.
- Monitores curvos. Estos monitores están diseñados para ofrecer una experiencia inmersiva, ya que la curva ayuda a que la pantalla cubra más tu campo de visión. Esto puede ser beneficioso en edición de vídeo o en tareas donde trabajar con múltiples ventanas abiertas sea común. Sin embargo, para la edición de fotografía, donde la precisión en la representación de líneas rectas es crucial, un monitor plano podría ser más adecuado.
- Monitores panorámicos (ultrawide). Estos monitores, que suelen tener una relación de aspecto de 21:9 o más, ofrecen un área de trabajo más amplia sin la necesidad de usar dos monitores. Son sobre todo útiles para la edición de vídeo, cuando se necesita un timeline (línea de tiempo o secuencia temporal) largo, o para multitareas. Ahora bien, es importante asegurarse de que la resolución sea alta para mantener la calidad de imagen en una pantalla tan ancha.
Por tanto, los monitores curvos y panorámicos pueden ser una buena opción según tus necesidades específicas. Pero debes saber que, para trabajos donde la precisión en la imagen es fundamental, los monitores planos y de alta resolución son la mejor elección.
Ajustes de ergonomía y protección ocular
Pasar largas horas frente al monitor es común en la edición de fotos y vídeos, por lo que la ergonomía es otro factor a tener en consideración. Un monitor con ajuste de altura, inclinación y rotación permite encontrar la postura más cómoda para trabajar. Así podrás prevenir la fatiga y las lesiones a largo plazo.
También es aconsejable elegir un monitor que ofrezca tecnologías de protección ocular, como la reducción de la luz azul y el parpadeo (flicker-free). Estos aspectos ayudan a reducir el cansancio visual, algo muy importante para quienes pasan muchas horas frente a la pantalla.
Presupuesto y relación calidad-precio
Finalmente, el presupuesto es un aspecto que no podemos ignorar. Aunque es tentador ahorrar dinero, es importante recordar que un buen monitor es una inversión a largo plazo. Un monitor de calidad puede durar muchos años y ofrecer un rendimiento consistente. Por ello vale la pena gastar un poco más si el presupuesto lo permite.
Busca monitores que ofrezcan una buena relación calidad-precio, equilibrando características como la precisión del color, la resolución y la conectividad con el costo total. Recuerda que, en muchos casos, lo barato sale caro, y un monitor de baja calidad puede afectar negativamente tu trabajo profesional.