Saltar al contenido

Correos falsos: trucos para detectar phishing

26/09/2025

El phishing no es nuevo, pero sigue siendo una de las amenazas más activas en internet. Hoy ya no sorprende que la mayoría de empresas —y cada vez más personas— se enfrenten a intentos de engaño en su correo con bastante frecuencia. Y lo preocupante es que una parte significativa de esos intentos acaba teniendo éxito, porque alguien cae en el error de hacer clic o facilitar datos sensibles.

Los ciberdelincuentes no necesitan vulnerar sistemas complejos si logran que el destinatario haga clic en el enlace equivocado. Como las técnicas de phishing se han vuelto más sofisticadas, conviene conocer las señales menos evidentes para no caer en la trampa.

¿Cómo detectar un email falso o fraudulento? ¿Qué hacer si sospechamos que el correo que hemos recibido tiene malas intenciones? ¿Qué consejos seguir en caso de caer en la trampa?

Pistas claras para detectar un correo falso

Al principio bastaba con fijarse en los fallos de ortografía o en los logos mal copiados. Hoy los ataques resultan mucho más convincentes. Estos son algunos detalles en los que merece la pena fijarse.

  • Dominios alterados. A primera vista puedes leer amazon.com, pero en realidad el remitente usa amaz0n.com. Un solo carácter distinto puede engañar incluso a ojos entrenados.
  • Direcciones públicas o sospechosas. Un banco no te mandará un correo desde Gmail o Hotmail. Si el dominio no encaja con la entidad, desconfía.
  • Tu correo en copia oculta. No es normal que una empresa legítima te envíe un mensaje masivo con tu dirección en Cco. Es una práctica típica de campañas de phishing.
  • Botones genéricos. Frases como Haz clic aquí o Accede ahora sin indicar claramente a dónde llevan son una señal de alerta.
  • Códigos QR en correos. Cada vez aparecen más. Funcionan igual que un enlace: te redirigen a una web, que puede ser falsa.

Phishing que juega con tus emociones

La psicología es tan poderosa como la técnica. Muchas campañas buscan que reacciones rápido, sin pensar demasiado:

  • Autoridad. El correo se hace pasar por alguien importante: tu banco, una empresa de mensajería o incluso tu jefe.
  • Urgencia. “Actúa en 15 minutos o te bloquearán la cuenta”. La intención es que no reflexiones, solo obedezcas.
  • Emoción. Desde el miedo (“tu cuenta ha sido hackeada”) hasta la ilusión (“te ha tocado un premio”).
  • Escasez. Una supuesta oferta única, entradas limitadas o productos exclusivos.
  • Actualidad. Los estafadores aprovechan noticias recientes o campañas reales para camuflar el engaño.

Qué hacer si has caído en la trampa de un email fraudulento

Nadie está libre de un descuido. Si ya has hecho clic o compartido información, lo importante es reaccionar rápido:

  • Cambia la contraseña de la cuenta afectada y de cualquier otra donde usaras la misma clave. De hecho, no deberías utilizar los mismos datos de acceso en varias cuentas.
  • Activa la verificación en dos pasos para sumar una barrera extra.
  • Avisa a tu banco si los datos que diste son financieros.
  • Pasa un análisis completo con tu antivirus.
  • Si ocurrió en el trabajo, informa cuanto antes al equipo de IT.

Actuar en los primeros minutos puede marcar la diferencia entre un susto y un problema serio.

El valor de reportar los intentos de phishing

No basta con ignorar el correo y borrarlo. Reportar los intentos de phishing ayuda a bloquear webs fraudulentas y evita que otros usuarios caigan en la misma trampa.

En España puedes:

  • Reenviar el correo sospechoso al INCIBE-CERT, el centro de respuesta a incidentes de seguridad del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). En la web de INCIBE-CERT puedes acceder al formulario de reporte de incidentes.
  • Avisar al banco o al servicio implicado, ya que muchas entidades disponen de direcciones específicas para recibir correos de phishing y tomar medidas rápidas.

Cuantos más datos reciben estos organismos y empresas, más fácil resulta cortar campañas activas y proteger a toda la comunidad digital.

Mantener la calma es la mejor defensa

Hoy ya no basta con buscar faltas de ortografía para detectar un correo falso. Los ataques son más sutiles y juegan tanto con los detalles técnicos como con la psicología.

Lo importante es no precipitarse: revisar la dirección del remitente, comprobar los enlaces antes de hacer clic, pensárselo dos veces antes de abrir un archivo adjunto y preguntarse si ese mensaje encaja con lo que esperarías de esa empresa o persona.

La tecnología ayuda, pero sigue siendo el sentido común —detenerse un momento, observar y contrastar— la mejor protección frente al phishing.